Cuando conocimos a Jordi y Érika nos encantó su forma de ser y la forma tan intensa de vivir las cosas. Se preocuparon hasta el más mínimo detalle de día de su boda. Hicieron la ceremonia al lado del río, en Flix, un paisaje espectacular. Después celebraron la boda en el restaurante El Dorado, al lado del mar. El trato de Juan Carlos, el metre, es siempre muy atento, y aunque hemos coincidido muchas veces con él vemos siempre mucha profesionalidad.
Esta boda tiene una curiosa historia, y es que cuando decidieron a fecha, allá para el 2011, María la que es ahora su hija decidió aparecer por sorpresa, y tuvieron que retrasar la fecha un año. Eso les ha dado tiempo de pulir y mejorar los detalles para hacer de ese día más especial si cabe. Además de que su preciosa hija ha podido estar presente durante todo el proceso. Así que se podría decir que gracias a María les salió todo perfecto. Un abrazo pareja!!!