Cuando pensamos una sesión de postboda, siempre pensamos en sol y buen tiempo, por eso nos cuesta mucho imaginar que puedan quedar bien en invierno o en otoño. A mí personalmente es una de mis estaciones favoritas para hacer fotos, por la luz, por la calidez del sol a pesar del frío, por los colores, el verde mezclado con las hojas caídas. Son combinaciones que lo hacen diferente, y el resultado puede ser muy original. Os dejo una sesión de postboda de otoño, en la que aprovechamos cada rincón, y también con un pequeño visitante que nos acompañó toda la mañana y quiso formar parte de esta sesión de fotos. Espero que os gusten.