Lo más importante es tener una buena actitud, y Miguel Angel y Saray lo saben perfectamente. Y es que a pesar de las restricciones que había en el momento de su boda, la pareja supo tomárselo con buen humor y disfrutar de su día. Fue una pena que muchos de sus amigos y familiares no pudieran viajar hasta Mallorca para acompañarlos, pero se encargaron de que participaran igualmente. No os perdáis el resumen de esta Boda en Mallorca.