Una de las cosas que más nos gustó cuando conocimos a Ramón y Mónica fue cuando nos dijeron que nos contrataban para el día de su fiesta no para el día de su boda, y así fue, para ellos su boda fue su gran fiesta en la que celebraban esas segundas oportunidades que da la vida. Os podemos asegurar que fue un día muy intenso, cargado de emociones, ya que pasábamos de las lágrimas a la risa en un segundo. Y es que cada detalle tenía un significado, cada detalle explicaba algo de ellos dos. Como por ejemplo, el tema de su boda «la boda del año Z», o ese momento amigos en la barbería de German Munster, que desde aquí queremos agredecer lo fácil que nos lo pusieron para poder trabajar, la entrada del novio en la ceremonia con la banda sonora de la Guerra de las Galaxias y su casco de Dark Vader, el cambio de look del novio para el banquete con sus pantalones cortos y sus deportivas, y que me decís de las deportivas de la novia. Hubo muchos detalles en la boda en torno a Dragon Ball, como por ejemplo la tarta, espectacular trabajo. ¡Y como se quedaron los invitados con la entrada de los polinesios! Y hay mucho más.
Con lo que me quedo de Ramón y Mónica, es que hicieron la boda a su gusto, con mucho ingenio y sobretodo con ganas de pasarlo bien. Sin ningún miedo a romper tradiciones o protocolos serios. Y es lo que os decimos siempre, no hay dos bodas iguales, porque no hay dos parejas iguales, no somos los típicos fotógrafos que solo hacen bodas vintage o solo de un estilo, simplemente hacemos fotoperiodismo, simplemente estamos ahí, detrás de la cámara para captar los momentos, vosotros marcáis el estilo de vuestra boda. Dedicado a ellos, a Ramón y Mónica, una gran pareja que celebraron una gran fiesta.

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